Lo principal es el presupuesto, nada se hace sin plata. Luego, en el tema de prevención tiene que haber un esfuerzo para atacar las causas, una de ellas la pobreza, mirando el tema desde el ente de la política estatal, y otras más específicas, por ejemplo: tiene que haber controles en las rutas de trata que son conocidas, tiene que haber sanción, tiene que lucharse contra la corrupción que hay en toda la administración, en todo el aparato y en todas las redes que se generan en torno a la trata de personas.  

Sobre la persecución del delito, tiene que haber mucha más claridad, el tipo penal de la explotación sexual infantil se tiene que corregir, para que por esa vía no se genere impunidad. Otro punto importante es que debe haber desde el administrador de justicia mucha claridad conceptual, y el principio de legalidad que se tiene que aplicar nos obliga a ajustar el tiempo para que no haya interpretaciones antojadizas. Además hay temas que son importantes como los protocolos y la acogida. El gran problema de la trata de personas es que la víctima no se siente víctima, entonces, volver a recuperar a una víctima es pasar por un proceso en el que tiene que sanar heridas y poder volver a darle una oportunidad y para eso tiene que haber un Estado muy claro, y yo creo que eso todavía está cojo. En lo demás hay avances lentos, pero mirando los cinco años, hay muchas cosas que se han avanzado.